viernes, mayo 11, 2007

La justicia chilena vale....hongo

Efectivamente, debo reconocer que el título es bastante fuerte pero aquí se trata de manifestar sus pensamientos y no encuentro otro término que se pueda publicar para decir lo que pienso.
Si los sitios de internet de los terroristas islámicos pueden difundir sus arengas a la "jihad", la guerra santa, pueden mostrar escenas horribles de gente que están por decapitar o ya lo han hecho, y paradójicamente los periódicos chilenos no publican y/o censuran cartas que les envían cuando critican fuertemente a una institución, no me queda otra salida que recurrir a esta opción para dar a conocer mi opinión que, por lo demás es mayoritaria, según las encuestas y que es la muy mala percepción que la población tiene de la justicia chilena.
Hecho esta introducción necesaria diré porqué pienso de esta manera. Es una vivencia personal, advierto, pero leyendo normalmente las noticias del acontecer nacional, uno recurrentemente se encuentra con salidas de madre de los jueces que, no sé si son por falta de criterio mínimo, o porque las leyes están mal hechas, porque no interpretan el espíritu de las mismas, por ignorancia o por lo que sea. El hecho es que sale cada fallo que realmente a uno se le crispan todos los pelos, incluso a los "pelados".
Voy al grano.
Hace casi diez años, sí, leyó bien, diez años, mi señora entabló un juicio civil contra dos mujeres que, con ayuda de notarios corruptos y abogado defensor que no falta (porque había una buena recompensa monetaria posible de por medio), le esquilmaron una herencia legítima a ella ( mi mujer) y sus otras dos hermanas. Y ahora, después de todos estos años, la Corte Suprema, me tiemblan los dedos para escribirlo con mayúscula, les da la razón a la parte contraria, con lo que queda cerrado el caso.
Trataré de ser breve para relatar el caso y el lector pueda sacar sus conclusiones.

En 1997 fallece una tía directa de mi señora. Ella tiene 85 años de edad y no tiene hijos y es viuda. Pero tiene a estas tres sobrinas, hijas de su hermano. Fallece de un cáncer. Los casi dos últimos años de su vida ella es asistida en su departamento por dos domésticas que la atienden en sus necesidades, la aislan de sus amistades cercanas, de sus familiares cercanos y la tienen enclaustrada entre sus cuatro paredes. Obviamente que cuando la ataca esta enfermedad, y muy hábilmente, ellas empiezan a urdir un plan siniestro, asesoradas por un abogado, para quedarse con la herencia de esta señora.
Como lo que venía era la crónica de una muerte anunciada, se van sucediendo en forma perfecta y cronológica las distintas etapas para lograr ellas su fin deseado que es quedarse con la herencia total de esta viuda rica.
Sin entrar en detalles mayores digamos solamente lo medular.
Dos semanas antes de su fallecimiento ella vende su fundo en un valor ridículo, tal vez la mitad de lo que realmente valía, a otro oportunista y ese dinero es depositado en una cuenta a plazo. Como quien dice, para ser cobrado por ellas post mortem. Esa venta se hace en su casa de Concepción (porque ya físicamente estaba muy deteriorada)y teniendo como ministro de fe a un notario que es de otra circunscripción territorial, o sea, legalmente no lo podría haber hecho. Pero él se llevó una muy buena mascada y se arriesgó y le resultó. Quedó impune a ese delito. La coima fue pagada por el comprador del fundo.
Días después de la venta aparece el testamento de ella que se lo redacta seguramente su abogado. Estamos a diez días antes del fallecimiento, ella casi inconciente, ya totalmente ida, con punciones diarias para sacarle el líquido de los pulmones, con sedantes fuertes permanentes, sin reconocer a las personas de su entorno.
En dicho testamento estas mujeres son las herederas universales de los bienes de esta señora. Oh, qué sorpresa!
El notario suplente que asiste a este evento en su casa, no toma conocimiento del estado casi agónico de la señora, desde luego que no le hace los exámenes mínimos necesarios para ver su estado de conciencia, de lucidez, etc. que estos casos excepcionales ameritan y cursa su ultimo deseo. Obviamente este servicio también fue generosamente recompensado.
Como se puede ver, una irregularidad tras la otra.
Y para todo ello y fallar las distintas cortes e instancias la justicia chilena se demora diez años y llega a esta conclusión: el testamento es válido, no se puede echar por tierra y las herederas son estas dos mujeres inescrupulosas que tuvieron a "ayudantes de la justicia" descriteriados y corruptos.
La verdad es que cuesta creer el final de esta novela. Y ahí es donde caben las preguntas si los jueces-personas tienen criterio o no. Si fue una "justicia" para favorecer al "pobre" y quitarle al "rico". Si realmente los jueces leen los expedientes que contienen y testimonian verdades del porte de una catedral o si solamente se basan en lo que les diga el relator. Y ellos entre "zorritos" alcancen a escuchar solamente las últimas palabras de la historia que les resume el relator de la Corte.
Son muchas las preguntas que quedan en el aire y nunca tendrán respuesta.
De ahí que mi convicción coincida perfectamente con la percepción que tiene la gran mayoría del chileno y que es
LA JUSTICIA CHILENA VALE....HONGO